Hace tiempo que no escribo una historia, bueno, no os entretengo más ¡a ello!
Sila
Érase una vez, una familia de sus padres y unos gemelos, los gemelos lo único que hacían era pelear. El que nació 30 seg antes se llamaba Diego y el que nació luego Javier. Sus padres, María y Leo llegaron al límite y decidieron regalarles un gato, para mediar per prefirieron que fuese hembra para que no lo combirtiesen en vikingo de cuatro patatas, cuando Diego y Javi vieron la gata dijeron:
-¿what? ¿Qué es esto? ¿Una caja? Valla regalo....- dijo Javi
-¡reacciona Javi! El regalo esta dentro de la caja- dijo Diego
Javi cuidadosamente fue abriendo la caja de cartón y asomó la preciosa cara de una gata gris de rayas grises más oscuras, a Javi no le gustó mucho pero a Diego....
-¿qué diantres es esto? No es macho, no vale la pena, Diego que te quede claro cuida tu a esa bola de pelo-dijo Javi enfadado casi colorado de rabia, ya que él se imaginaba un juguete.
-¡retira eso ahora mismo Javi! Si tú no quieres a Sila la cuidare yo no tengo ningún problema-dijo impactado Diego, ya que a su hermano le encantan los animales.
-¿y qué es eso de "Sila" eso es nombre de gata? ¡parece una marca de vino barato!-dijo Javi
-¡Basta de peleas chicos! Si no quieres cuidar de la gata ¿qué más te dará el nombre, Javi? Y Diego me parece muy bien que vayas a cuidar de la gata familiar y que sepas que el nombre es precioso- dijo el padre muy indignado de el vocabulario de Javi y su mala educación.
Pasó el tiempo Sila y Diego se hicieron inseparables, hasta que un día se fueron de viaje una semana y le dejaron a Sila a los vecinos, que tenían un gato llamado Messi y le devolvieron a Sila apreñada (apreñada significa embarazada) y pasó el tiempo y su camada fue de 8 gatitos pero dos dieron mucha guerra y no sobrevivieron Sila por más que los lamía no revivían así que los enterraron el el jadin, se quedaron con 6 gatitos, 3 se los quedo el padre, ya que Sila los podría visitar, pero lo que no le gustó fue que tuvieron que regalar a los otros tres, Sila no los volvió a ver y ella nada más que se preguntaba ¿qué he hecho mal? ¿Porque los han apartado de mi? ¿Los volveré a ver? Hasta que 7 meses después de averlos dado apareció una gata hembra raspando en la puerta, Sila la reconoció y la lamió todo lo que pudo, esa gata se la dieron a una pareja que murió al los meses de darle a la gata y por el cariño de Sila y el arrepentimiento de Javi se quedaron con la hija de Sila, llamda Sinda.
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